En una historia de Cullen Bunn hay altas probabilidades de que el horror esté presente. Es el caso de Lucky Devil que ciertamente podríamos definir como una historia de terror, entendiendo que la trama parte de una posesión demoniaca, a la que el guionista ha querido dar un toque de irreverente humor que le sienta muy bien al tono y desarrollo de la historia.
La historia de un perdedor cualquiera, de nombre Stanley, que ve como su vida cambia (¿a mejor?) cuando un demonio toma posesión de su cuerpo. Pero algo sale mal y la posesión se queda a medias.
Una serie que en este primer tomo presenta todo su potencial reforzada por el extraordinario trabajo en la parte del dibujo de Fran Galán.
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