Los Immonen. Un apellido que con su sola presencia hace que cualquier proyecto merezca nuestra atención. En el caso que nos ocupa, los Immonen nos proponen una obra 100% personal, fuera de grandes marcas y franquicias, de innegable belleza gráfica y de contenido lirismo.
Una historia en la que se intenta expresar en el lenguaje de las viñetas el proceso de perder a un ser querido. Una historia donde, como suele ser habitual, esta pareja de creadores visitan las fronteras del cómic convencional y entran en el continente de la experimentación.
Una historia que estoy seguro no es para un público masivo pero que llevará a otro nivel lector a todo aquel que conecte con la propuesta.
Precioso. Poético. Sensorial.
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