Con la presencia de su último pirata todavía fresca en la estantería, nos llega la última creación de Blain.
En esta ocasión se cambian los piratas por los cowboys del lejano oeste. Pero al final, todo cambia para que no cambie nada. Porque el tema de fondo vuelve a ser el amor y la relación de nuestro protagonista, Gus, con el género femenino, sin olvidar la amistad que le une con sus camaradas.
Con un aire más ligero que en Isaac, y con un humor presente en todo el tebeo, Blain nos cuenta las peripecias de tres forajidos, capaces de asaltar bancos, trenes y todo lo que se le ponga por delante, pero que lo pasan fatal a la hora de relacionarse con las mujeres.
En el tomo se recopilan 5 historias. La primera de ellas fue un encargo para la revista Pilote, y el verdadero germen de este comic.
Se ve que el autor le cogió gusto a los personajes, y de este primer relato por encargo, salieron nuevas entregas que ahora son recopiladas.
Por lo tanto, este tebeo hay que leerlo como lo que es. Una primera toma de contacto con personajes y situaciones.
Personalmente, siempre con la referencia de Isaac en mente, este comic me supo a poco. Está claro que, por lo menos en un principio, Blain no se tomó muy en serio el encargo y se limitó a cumplir profesionalmente.
El dibujo, mucho más fresco y ágil que en Isaac, tiene el sello inconfundible Blain, pero dista mucho del detalle y cariño que pone en Isaac. Los guiones, parten de pequeñas ideas, de pequeños gags cómicos, y se estiran hasta donde no dan más. Un poco como las pelis mudas, en las que el protagonista, vestido de cowboy, se metía en un enredo tras otro.
Cierto es que con la lectura, la historia va ganando y cuando acabas el tebeo, son más los pros que los contras para recomendarla. Además, siempre está el maravilloso dibujo de Blain. En todo caso, habrá que ver como afronta el autor su segunda entrega para ver si la cosa sigue por los derroteros de lo anecdótico, o si hay una historia que contar con Gus y sus amigos de protagonistas.
En esta ocasión se cambian los piratas por los cowboys del lejano oeste. Pero al final, todo cambia para que no cambie nada. Porque el tema de fondo vuelve a ser el amor y la relación de nuestro protagonista, Gus, con el género femenino, sin olvidar la amistad que le une con sus camaradas.
Con un aire más ligero que en Isaac, y con un humor presente en todo el tebeo, Blain nos cuenta las peripecias de tres forajidos, capaces de asaltar bancos, trenes y todo lo que se le ponga por delante, pero que lo pasan fatal a la hora de relacionarse con las mujeres.
En el tomo se recopilan 5 historias. La primera de ellas fue un encargo para la revista Pilote, y el verdadero germen de este comic.
Se ve que el autor le cogió gusto a los personajes, y de este primer relato por encargo, salieron nuevas entregas que ahora son recopiladas.
Por lo tanto, este tebeo hay que leerlo como lo que es. Una primera toma de contacto con personajes y situaciones.
Personalmente, siempre con la referencia de Isaac en mente, este comic me supo a poco. Está claro que, por lo menos en un principio, Blain no se tomó muy en serio el encargo y se limitó a cumplir profesionalmente.
El dibujo, mucho más fresco y ágil que en Isaac, tiene el sello inconfundible Blain, pero dista mucho del detalle y cariño que pone en Isaac. Los guiones, parten de pequeñas ideas, de pequeños gags cómicos, y se estiran hasta donde no dan más. Un poco como las pelis mudas, en las que el protagonista, vestido de cowboy, se metía en un enredo tras otro.
Cierto es que con la lectura, la historia va ganando y cuando acabas el tebeo, son más los pros que los contras para recomendarla. Además, siempre está el maravilloso dibujo de Blain. En todo caso, habrá que ver como afronta el autor su segunda entrega para ver si la cosa sigue por los derroteros de lo anecdótico, o si hay una historia que contar con Gus y sus amigos de protagonistas.
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