miércoles, octubre 14, 2009

Spirou: Diario de un ingenuo

Dada la proliferacion de títulos de Spirou publicados por Planeta en meses recientes, todos ellos de diferentes equipos creativos y épocas, no estaría de más una pequeña explicación sobre el origen de este Diario de un ingenuo.

Dentro de las múltiples colecciones habidas y por haber del personaje, hace unos años en Francia, se optó por crear una línea de colaboraciones a modo de tomos únicos, donde diferentes autores, de manera puntual, nos contaban su versión del personaje. Algunos retomaban a un Spirou más maduro, otros al Spirou más aventurero o como en el caso que nos ocupa, el Spirou más primigenio.
En Francia ya son varios los volúmenes aparecidos en esta colección bajo el nombre común de Une aventure de Spirou et Fantasio par....

Pues bien, aquí en España, Planeta pasa olimpicamente de las primeras entregas, con autores como Yoann, Vehlmann o Le Gall, para presentar la colección con la propuesta de Emile Bravo, supongo que seducida por el reconocimiento de la crítica acompañado de buenas ventas. Tampoco es que tenga mucha importancia, puesto que al ser volúmenes independientes, poco más da empezar la colección por un autor u otro. De hecho, siendo sinceros, creo que el álbum de Bravo es la opción perfecta para captar el interés de los lectores.


Lo que nos vamos a encontrar dentro de este tebeo, es una historia entroncada en los mismos orígenes de Spirou, cuando éste es tan sólo un tierno infante. Emile Bravo, se sirve de una trama política en los albores de la gran guerra, con la invasión de Polonia en el horizonte, para sentar las bases del personaje, dando una explicación sólida al lector de las principales señas de identidad del personaje y la colección. De dónde viene su amistad con Fantasio, su especial relación con la ardilla, su especial habilidad para meterse en problemas, etc.. Pero también le queda tiempo para explorar nuevos campos, como es el amor, representado por una muchacha que vuelve loco a nuestro protagonista y que guarda más secretos de lo que en un primer momento parece.

Pero si bien la trama ya de por si merece nuestra atención, tanto si somos fans del personaje como si nos enfrentamos a él por primera vez, la parte gráfica de la cuestión es primorosa. Emile Bravo asimila totalmente el estilo de Franquin (en mi opinión el padre putativo de Spirou), tanto en el trazo como en la parte narrativa, y lo sabe dotar de una vivacidad propia de su estilo, con un resultado final majestuoso, propio de un imposible encuentro entre el propio Franquin, Hergé y Chaland.

Esta conjunción de historia y dibujo deja a este diario de un ingenuo casi al borde del j-imprescindible. Creo que esperaré a la publicación de la siguiente entrega Le groom vert-de-gris (Schwartz/ Yann ), para otorgar esta calificación al conjunto de la dos obras.

La lectura de este Diario de un ingenuo es como una fría tarde de otoño en la que se cuelan unos rayos de sol que nos calientan la espalda produciéndonos una sensación de bienestar (qué bonito!!!. Un poco ñoño, pero bonito).

2 comentarios:

Willy S. dijo...

me ha encantado, y, ojo al dato, amigos poco aficionados al cómic han flipado con él, aquí hay un filón en potencia

Jolan dijo...

Yo espero que con la publicación del álbum de Emile Bravo, Planeta se decida por lanzar el resto de esta serie. De momento, también recibiría con ganas el Le groom vert-de-gris, que estoy seguro no tardará demasiado en salir dado el éxito del tomo de Bravo, pero me gustaría ver igualmente Les marais du temps, de Le Gall.

En todo caso, este Diario de un ingenuo: de sobresaliente.