El propio Carlos Giménez nos confiesa en el prólogo de esta obra que de una manera un tanto instintiva, en los últimos tiempos, ha ido cerrando algunas de las series que lleva dibujando durante toda su carrera.
Primero cerró Gringo. Luego fue el momento de cerrar Dani Futuro. Cerró la llamada trilogía del crepúsculo y le llega ahora el momento a su creación más mediática; Paracuellos.
En este noveno tomo se pone punto y final a una saga que ha marcado a todo aquel que se atreva a considerarse amante de los cómics. Lo hace de la misma manera que nos contó el resto de las historias, cediendo todo el protagonismo a sus principales protagonistas; Pablito, Gálvez, Peribáñez, Cagapoco, Pollito, etc...
Un álbum un poquito, solo un poco, más optimista y luminoso que sus precedentes porque aquí, nuestros queridos niños, un poco, solo un poquito, más adultos, relatan sus desventuras con el horizonte próximo de una vuelta a casa.
Este tomo no desentona, en absoluto, dentro del global de la serie y adquiere incluso un tono de lectura especial sabiendo que es el cierre y final a las miserias de Pablito.
Paracuellos es por derecho propio una de las series fundamentales para entender la historia del cómic universal. Si todavía queda alguien por ahí fuera que no haya acometido su lectura, por favor, que solucione esa situación lo antes posible. Si empieza por el principio, no me queda duda de que en poco tiempo ya estará leyendo esta última entrega.