En esto juega un gran papel el dibujante, Matthieu Bonhomme, capaz de dotar al protagonista de una cierta melancolía que lo aleja del típico héroe (la portada es un ejemplo muy claro), pero a su vez de reflejar toda la crudeza del mundo medieval.
Durante todo el tomo se nos cuenta como Guillaume, después de la muerte de su padre y el posterior matrimonio de compromiso de su madre, se ve sobrepasado por lo acontecimientos.
La espoleta que dispara toda la acción es la desaparición de su hermana justo el día que empezaba su nueva vida.
Sumergido de lleno en su búsqueda, Guillaume emprende una aventura que cada vez se acerca más hacia el terreno de lo fantástico, acabando con un sorprendente final que te deja ansioso de ver como sigue la historia en el siguiente tomo.
Como todas las series francesas, aun nos quedan dos o tres tomos más para poder hacer un balance de la historia, pero por lo visto la cosa promete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario