lunes, julio 27, 2009

El hijo del ogro


Mucha atención los seguidores de Grégory Mardon, porque con esta nueva propuesta nos deja a todos con la boca abierta. Después de varios cómics de temática costumbrista, con una amplia base de relaciones humanas, en este El hijo del ogro, cambia totalmente de registro para ofrecernos una historia de aventuras de corte medieval.

A medio camino entre el cómic histórico y los cuentos tradicionales, Mardon nos ofrece una revisión muy personal de este tipo de historias. En un riguroso blanco y negro, nos relata la historia de Benoit, un curioso personaje, cercano a la tragedia griega, que desde su más tierna infancia demuestra una innata querencia por la violencia y el daño ajeno. No es de extrañar, que la figura de el verdugo del reino produzca en él una imparable curiosidad. Lo que no sabe nuestro protagonista es que esa curiosidad desencadenara el fin de su tierna infancia y el comienzo de su nueva vida como siniestro mercenario.

Pese a que éste no es ni por asomo un cómic como a los que nos tenía acostumbrados Mardon, bien es cierto que en muchos parajes de esta aventura el autor hace gala de esa mirada introspectiva que los caracteriza. Muchas veces, las escenas más significativas y que marcan el ritmo de la historia nos son acercadas en escenas sin diálogos, donde toda la carga emocional viene dada por la narrativa y el dibujo. Un dibujo espontáneo y fresco, que sabe trasmitir el toque de realidad que exige un tebeo de este tipo de una manera muy particular.

Por si fuera poco, una dosis de sombrío misterio recorre toda la obra. Misterio que sólo nos será desvelado en las páginas finales y que hará que las desventuras de Benoit nos lleguen todavía más profundamente.

Gregory Mardon sigue en su constante progresión como autor, alejándose de los encasillamientos y sorprendiéndonos gratamente.

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